Todo comenzó con una oración. Le pedía a Dios una forma de trabajar, pero no solo para ganarme la vida, sino para hacer algo por Su obra. Soñaba con predicar, con llegar a más almas, con hablar del Dios que cambió mi vida y la de mi familia.
Un día, sin buscarlo, vi un video sobre tiendas virtuales, y mi corazón lo sintió claro: “Quiero una tienda donde quien entre reciba a Dios, no las distracciones del mundo.” Fue entonces cuando entendí que Él estaba guiando esta idea.
Esta tienda no nació con el propósito de vender, sino de transmitir un mensaje. Yo no tenía recursos, experiencia ni conocimientos técnicos, pero sí tenía un llamado. Pasé noches enteras aprendiendo, luchando y confiando en que Dios abriría las puertas, hasta que Él mismo me confirmó en un sueño que esta idea alcanzaría muchas vidas.
Hoy puedo decirte algo con todo mi corazón: Jesús cambia vidas. Lo hizo con la mía y también puede hacerlo con la tuya.
Al seleccionar una opción, se actualiza toda la página.